lunes, 12 de abril de 2010

Díselo que te lo va a decir



Recuerdo cuando era niño y vivía prácticamente en las calles de mi pueblo natal, Mula, que entonces no llegaría a los 3.000 habitantes, en el que había una sola casa de lenocinio, cuyas inquilinas eran todas transeúntes, excepto, claro está, la propietaria a la que llamaban La muda, cuando sólo era tartamuda, que ejercía sobre todos nosotros una auténtica fascinación de tal modo que nos pasábamos todo el día aupados a una colina que había junto a la casa intentando vislumbras a través de sus ventanas las escenas escabrosas que allí se perpetraban.

Y desde dicho observatorio aprendimos casi todo lo que ahora sabemos sobre el sexo sin amor, o sea el que llamamos mercenario. Pues, bien, una de las cosas más frecuentes que presenciamos era las peleas, muy duras a veces, entre las inquilinas de La muda, y, desde entonces, me quedó en la memoria una frase que no sé bien por qué, ahora me ha venido la cabeza en la lucha del Madrid y el Barça por hacerse con el título de Liga: DÍSELO QUE TE LO VA A DECIR.

Aquellas mujeres concluían todas sus rencillas llamándose una a otra, puta. Sí, la palabra que definía su propia profesión. Y esto es lo que me ha traído a la memoria esa eficacísima campaña con la que el Madrid, As, Relaño Goebbels y el loco Guasch, mediante, se ha adelantado a esa otra que el Barça podía haber desencadenado a través de Sport y Mundo Deportivo, una campaña que, tradicionalmente, era promovida por la prensa afín al equipo catalán, que, ahora, contemplan, asombrados, como el Madrid y su grupo mediático se le ha adelantado: DÍSELO QUE TE LO VA A DECIR, por lo que el equipo barrado ha tardado quizá demasiado tiempo en reaccionar, si es que lo ha hecho, pensando en que el club que es saludado en todos los campos de juego de España con el grito de ASÍ, ASÍ, ASÍ GANA EL MADRID porque estos ingenuos lugareños no admiten el hecho inevitable de que los árbitros teman mucho más la reacción de esos grandes terminales mediáticos que son no sólo el As y el Marca sino todos los otros generalistas que se editan en Madrid y cuya desaprobación por un arbitraje no consecuente con los intereses madridistas significa realmente una sentencia casi de muerte.

Por supuesto que algo parecido sucede con el Barças que, después del capitalino, es el más beneficiado por estos jueces que antes vestían de luto riguroso y ahora lo hacen de colorines pero que siguen teniendo claro que es casi suicida oponerse a los 2 grandes del fútbol español.

Por supuesto que si la prensa catalana fuera por el número de sus lectores superior al resto de las Españas, la situación sería lógicamente la inversa, el 1º de los protegido arbitrales sería el Barça y, después, el Madrid. Pero las cosas son como son, y no hay que darle más vueltas.

Pero esos 2 genios gobbelsianos del As, Relaño y Guasch, director y subdirector, están vivamente interesados en que la supremacía del  equipo catalán no se perpetúe y, como eso, dada la actual composición de la plantilla blaugrana, manteniendo el statu quo, es realmente imposible porque ha cuajado una generación de La Masía absolutamente insuperable, compuesta de elementos no sólo muy buenos sino también muy jóvenes, había que luchar contra esta situación echando mano de medios extraordinarios: se trataba no ya de conservar la actual  jerarquía de las preferencias arbitrales: 1º, Madrid, 2º, Barça, sino de hundir a éste en la mayor miseria, alejandolo hasta más allá del horizonte de la posibilidad de algún favor arbitral. 

Y la solución apareció por sí sola, no es la producción de un genio, sino algo que saltaba a la vista: el Barça, ese equipo que todo el mundo considera, por ahora, invencible puede ganarle a todos los equipos del mundo pero jamás conseguirá lo imposible: ganarle a los árbitros, porque no se pueden dar más partidos como el de ayer, en el que la disputa por el triunfo se llevaba a cabo entre ellos 2 directamente, de modo que a Mejuto que, hay que reconocerlo, puso en ello todo su empeño, sólo le faltó parar el juego, coger el balón e irse con él hasta la línea de portería del Barça y, una vez allí, reanudarlo e introducir él mismo, directamente, la pelota en ella, sino que, a partir de ahora, las oportunidades para hacerle al Madrid su trabajo son dobles: una, haciéndole ganar como sea su propio partido y, otra, haciendo que el Barças pierda el suyo y son ni más ni menos que 7 jorndas, o sea, 14 ocasiones para inclinar la balanza a favor del equipo blanco.

Proponemos un juego muy sencillo: coger la lista de todos los árbitros de 1ª División y repasar su historial de arbitrajes al equipo capitalino y, por favor, no se inmuten si comprueban que todos ellos tienen un record parecido al del que ayer pitó el partido: Mejuto había arbitrado en lo que va de siglo, SI, EN LO QUE VA DE SIGLO, 16 partidos al Madrid, con el resultado, ¿lo adivina?, sí, señor, ése es, el Madrid ganó los 16 partidos. O sea que el invento de Relaño Goebbesl de llamar Villarato a la devoción de todos los árbitros por un equipo existe, claro que existe, pero el tan falaz individuo siguió, al pie de la letra los consejos que se daban una a otra las putas de mi pueblo: DISELO QUE TE LO VA A DECIR, o sea, acusar a los árbitros de pitar siempre a favor del Barça, y, por si fuera poco esta tremenda presión el propio Floren se ha encargado personalmente de apretar un clavo más: ha comenzado a colocar en la Casa Blanca a los árbitros que se jubilan, o sea, que ya tienen los 2 métodos de estimular a los que tienen que servirle: el palo y la zanahoria.

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