martes, 6 de diciembre de 2011

¿Merkel y Sarkozy? A la mierda, viva Cristiano Ronaldo.


"Lo importante es que la gente pueda mejorar su vida. Lo importante es lo que hagan Sarkozy y Merkel con el euro el viernes día 9".


Sacrilegio, blasfemia, a la hoguera con él.



Dedicado especialmente a todos esos hombres y mujeres que se dicen de izquierda y son partidarios del Real Madrid, como por ejemplo Rubalcaba.

Que el mundo está loco no hay que razonarlo porque es una clara evidencia. Por qué está loco, tal vez. Yo creo que porque el hombre es detestable por naturaleza y no hace que se tambalee esta afirmación el hecho de que existan gentes como los misioneros y otros que no son sino excepciones que confirman la regla.

Bien. Vivimos en un mundo loco, habitado por locos y explotado por locos, por eso es de celebrar, y mucho, cuando uno de estos alienados recupera por un momento la cordura. 

Me refiero a Guardiola, un tipo que cualquiera que me siga un poco sabe que no le tengo mucha simpatía, no por nada, sino porque me parece un soberbio con esa especie de soberbia soterrada que es la peor porque implica el pleno conocimiento de que la pasión que le avasalla no es justificable en modo alguno.

Por ello, me han complacido en sumo grado sus últimas declaraciones antes del clásico, el tío ha dicho ni más ni menos, espero que no le pase nada proveniente de sus propios catecúmenos, que sí, que bueno, que toda esa expectación ante el partido entre el Madrid y el Barça está muy bien, que vale, que es un partido importante, pero, ojo, que nadie pierda de vista ni por un instante que se trata sólo de un partido que se celebra en el ámbito de lo que no es más que un juego.

Casi no me lo creo porque este hombre ha dedicado al fútbol toda su vida y en un grado tal que da la impresión de que, sin este juego, que ahora relativiza, su propia existencia no tendría sentido, ¿entonces?

¿Un súbito ataque de cordura, ésta es admisible en un señor que ha dedicado toda su vida a dar patadas a un balón?

Porque está muy bien que los futbolistas en un mundo que, como hemos dicho, está completamente loco, ganen cantidades estratosféricas  por hacer lo que más les gusta, lo que harían no sólo ya de balde sino incluso pagando, porque esto sólo es un suceso coyuntural que ocupa unos 12 o 14 años de su vida pero ¿y el resto, puede alguien medianamente inteligente seguir viviendo toda una larga vida, como por ejemplo es la mía, diciendo que es futbolista?

Pero ya me he ido a mi sitio habitual, Úbeda, volviendo a la realidad real, resulta que Guardiola ha dicho la evidencia más flagrante de su vida y todos nos hemos quedado con la boca abierta: el resultado del partido Madrid/Barça es muy relativamente importante porque sólo afectará a un pequeño, si me apuran, ridículo sentimiento, el seguidismo de sus aficiones, a las que el hecho de que su equipo favorito gane o pierda, o empate, no afectará en absoluto a su modo de vida, a su status personal, repito: ¿entonces?

Ésta es la cuestión que, con gran sencillez y como quien no dice nada nos plantea Guardiola: lo importente de verdad es que Merkel y Sarkozy sean capaces de arreglar los problemas que ahora tiene el euro y que, de no resolverse, afectarán de una manera tan decisiva a nuestras vidas y a las de todos los nuestros, que continuar viviendo casi pueda ser una tarea imposible.

Y, estoy seguro, que todos sus enemigos encarnizados, que los tiene, habrán dado saltos de júbilo diciendo: “ya lo decía yo, este tío jodido es un gilipollas, ¿que tendrán que ver los huevos para comer trigo, a qué coño nos trae ahora esta palinodia de la crisis del euro, a aquí, al mundo esplendoroso de fútbol, en el que pase lo que pase por ahí afuera, aquí, nunca pasa nada, sencillamente porque vivimos en el mejor de los mundos posibles, donde no hay hambre, ni enfermos a los que los hospitales han dejado morir al no prestarles la necesaria atención, ni familias sin recursos a los que los juzgados, los encargados de hacer justicia y sus secuaces o esbirros, echan de sus viviendas sin siquiera derramar una lágrima porque ¿acaso no son culpables, máximos culpables de ser pobres, por qué no han trabajado lo suficiente para tener lo necesario para pagar el alquiler o el plazo de su hipoteca, coño, es que son unos verdaderos gandules, a la calle, coño, a la calle con ellos, le gritan a Guardiola, mientras se cuelgan del cuello la bufanda de su equipo, sin pensar, porque esta gente, lo juro, no piensa, que, quizá, algún otro día sean ellos, precisamente, los que no tengan ni para comer, su madre haya muerto por falta de atención en uno de esos maravillosos hospitales de Barcelona que eran la envidia del mundo porque un tal Mas quiere ahorrar dinero para subirse el sueldo  y Aguirre, la cólera de Dios, y la Cospedal, que cobra tropecientos sueldos, han decidido cargarse la enseñanza pública porque total, para acabar en el puto paro, para qué coño necesitan estos tíos saber leer y escribir?

De modo que está completamente claro que Guardiola, además de gilipollas, no solo es drogadicto sino además tonto del culo, a qué viene ahora, aquí, 3 o 4 días antes del clásico, a hablarnos del euro y de los problemas económicos que tiene la gente, pero este tío quién se cree que es, que se limite a cumplir con el papel que esta sabia sociedad le ha asignado, ser y actuar como entrenador de fútbol, como hace Mourinho, que lo hace tan bien que, si se tercia, no sólo les dice a sus muchachos que salgan a perseguir, a matar, a rematar a los jugadores contrarios, sino que, si es preciso, y para dar ejemplo, sale él, personalmente, e intenta dejar ciego al entrenador del otro equipo, eso son cojones y no los de Guardiola, pero claro qué se puede esperar de un tipo que lee poesía, va al teatro, al de verdad, claro, que es drogadicto y encima, el colmo, maricón, que lo callen de una puñetera vez, que lo encierren en la cárcel o en un manicomio, a mí me da igual, el caso es que desaparezca de la escena un tipo como éste, coño, que viene ahora, a aquí, a intentar remover nuestras conciencias, será gili el tío.