martes, 6 de diciembre de 2011

¿Merkel y Sarkozy? A la mierda, viva Cristiano Ronaldo.


"Lo importante es que la gente pueda mejorar su vida. Lo importante es lo que hagan Sarkozy y Merkel con el euro el viernes día 9".


Sacrilegio, blasfemia, a la hoguera con él.



Dedicado especialmente a todos esos hombres y mujeres que se dicen de izquierda y son partidarios del Real Madrid, como por ejemplo Rubalcaba.

Que el mundo está loco no hay que razonarlo porque es una clara evidencia. Por qué está loco, tal vez. Yo creo que porque el hombre es detestable por naturaleza y no hace que se tambalee esta afirmación el hecho de que existan gentes como los misioneros y otros que no son sino excepciones que confirman la regla.

Bien. Vivimos en un mundo loco, habitado por locos y explotado por locos, por eso es de celebrar, y mucho, cuando uno de estos alienados recupera por un momento la cordura. 

Me refiero a Guardiola, un tipo que cualquiera que me siga un poco sabe que no le tengo mucha simpatía, no por nada, sino porque me parece un soberbio con esa especie de soberbia soterrada que es la peor porque implica el pleno conocimiento de que la pasión que le avasalla no es justificable en modo alguno.

Por ello, me han complacido en sumo grado sus últimas declaraciones antes del clásico, el tío ha dicho ni más ni menos, espero que no le pase nada proveniente de sus propios catecúmenos, que sí, que bueno, que toda esa expectación ante el partido entre el Madrid y el Barça está muy bien, que vale, que es un partido importante, pero, ojo, que nadie pierda de vista ni por un instante que se trata sólo de un partido que se celebra en el ámbito de lo que no es más que un juego.

Casi no me lo creo porque este hombre ha dedicado al fútbol toda su vida y en un grado tal que da la impresión de que, sin este juego, que ahora relativiza, su propia existencia no tendría sentido, ¿entonces?

¿Un súbito ataque de cordura, ésta es admisible en un señor que ha dedicado toda su vida a dar patadas a un balón?

Porque está muy bien que los futbolistas en un mundo que, como hemos dicho, está completamente loco, ganen cantidades estratosféricas  por hacer lo que más les gusta, lo que harían no sólo ya de balde sino incluso pagando, porque esto sólo es un suceso coyuntural que ocupa unos 12 o 14 años de su vida pero ¿y el resto, puede alguien medianamente inteligente seguir viviendo toda una larga vida, como por ejemplo es la mía, diciendo que es futbolista?

Pero ya me he ido a mi sitio habitual, Úbeda, volviendo a la realidad real, resulta que Guardiola ha dicho la evidencia más flagrante de su vida y todos nos hemos quedado con la boca abierta: el resultado del partido Madrid/Barça es muy relativamente importante porque sólo afectará a un pequeño, si me apuran, ridículo sentimiento, el seguidismo de sus aficiones, a las que el hecho de que su equipo favorito gane o pierda, o empate, no afectará en absoluto a su modo de vida, a su status personal, repito: ¿entonces?

Ésta es la cuestión que, con gran sencillez y como quien no dice nada nos plantea Guardiola: lo importente de verdad es que Merkel y Sarkozy sean capaces de arreglar los problemas que ahora tiene el euro y que, de no resolverse, afectarán de una manera tan decisiva a nuestras vidas y a las de todos los nuestros, que continuar viviendo casi pueda ser una tarea imposible.

Y, estoy seguro, que todos sus enemigos encarnizados, que los tiene, habrán dado saltos de júbilo diciendo: “ya lo decía yo, este tío jodido es un gilipollas, ¿que tendrán que ver los huevos para comer trigo, a qué coño nos trae ahora esta palinodia de la crisis del euro, a aquí, al mundo esplendoroso de fútbol, en el que pase lo que pase por ahí afuera, aquí, nunca pasa nada, sencillamente porque vivimos en el mejor de los mundos posibles, donde no hay hambre, ni enfermos a los que los hospitales han dejado morir al no prestarles la necesaria atención, ni familias sin recursos a los que los juzgados, los encargados de hacer justicia y sus secuaces o esbirros, echan de sus viviendas sin siquiera derramar una lágrima porque ¿acaso no son culpables, máximos culpables de ser pobres, por qué no han trabajado lo suficiente para tener lo necesario para pagar el alquiler o el plazo de su hipoteca, coño, es que son unos verdaderos gandules, a la calle, coño, a la calle con ellos, le gritan a Guardiola, mientras se cuelgan del cuello la bufanda de su equipo, sin pensar, porque esta gente, lo juro, no piensa, que, quizá, algún otro día sean ellos, precisamente, los que no tengan ni para comer, su madre haya muerto por falta de atención en uno de esos maravillosos hospitales de Barcelona que eran la envidia del mundo porque un tal Mas quiere ahorrar dinero para subirse el sueldo  y Aguirre, la cólera de Dios, y la Cospedal, que cobra tropecientos sueldos, han decidido cargarse la enseñanza pública porque total, para acabar en el puto paro, para qué coño necesitan estos tíos saber leer y escribir?

De modo que está completamente claro que Guardiola, además de gilipollas, no solo es drogadicto sino además tonto del culo, a qué viene ahora, aquí, 3 o 4 días antes del clásico, a hablarnos del euro y de los problemas económicos que tiene la gente, pero este tío quién se cree que es, que se limite a cumplir con el papel que esta sabia sociedad le ha asignado, ser y actuar como entrenador de fútbol, como hace Mourinho, que lo hace tan bien que, si se tercia, no sólo les dice a sus muchachos que salgan a perseguir, a matar, a rematar a los jugadores contrarios, sino que, si es preciso, y para dar ejemplo, sale él, personalmente, e intenta dejar ciego al entrenador del otro equipo, eso son cojones y no los de Guardiola, pero claro qué se puede esperar de un tipo que lee poesía, va al teatro, al de verdad, claro, que es drogadicto y encima, el colmo, maricón, que lo callen de una puñetera vez, que lo encierren en la cárcel o en un manicomio, a mí me da igual, el caso es que desaparezca de la escena un tipo como éste, coño, que viene ahora, a aquí, a intentar remover nuestras conciencias, será gili el tío. 

viernes, 28 de octubre de 2011

Florentino Pérez y el poder



Recuerdo cuando leí por 1ªvez unos párrafos de Foucault sobre el poder y cómo se me aclararon una serie de incógnitas que siempre me habían perseguido, como si se tratara de una revelación, comprendí por qué el mundo no es que funcione mal es que no funciona.

En aquel tiempo, quien mandaba en mi casa era mi padre, que, al propio tiempo, no cumplía con ninguna de sus obligaciones legales, simplemente porque tenía o detentaba el poder. Igual sucedía en el colegio, dominado por un antiguo comandante del ejército depurado por Franco por no incorporarse a su revuelta. El peso del trabajo lo llevaba el profesor de latín que, al propio tiempo, daba también filosofía, griego y alemán, pero era un hombre cultivado que odiaba la violencia no sólo la física que nos aplicaba el militar con salvajes castigos propinados con un taco de billar recortado sino también la moral, de modo que nunca se atrevió a enfrentarse con aquel basilisco que transformó el colegio en una pequeña academia militar.

Y algo parecido sucedía con mi grupo de amigos, dominado por mi primo Manolo, hijo del militar, todos acatábamos sus órdenes sin ninguna oposición.

El poder es así, se apoya en cualquier causa para imponerse y lo hace, si puede, despóticamente.

Si damos un salto, vemos cómo en la sociedad mandan los que tienen el dinero porque, si ellos quieren, la ciudad se queda sin luz porque la compañia eléctrica desenchufa un interruptor, y la cocina pierde su función si el dueño de la red de supermercados cierra sin avisar. Lo mismo podíamos decir de otros servicios y cerraríamos el círculo de nuestra dependencia de los poderes fácticos.

Vivimos, pues, porque unos señores nos lo permiten. Y estos poderosos se organizan en una especie de pirámide en cuya cúspide se halla el "primus inter pares", el que ha sido más listo o ha tenido más apoyos para acaparar en sus manos la mayor parte de los recursos del poder.

Este hombre, en España, se llama Florentino, Florentino Pérez. No hay un sólo ramo de la producción que no domine, supo desde el primer momento lo que tenía que hacer y ha dedicado toda su vida a adueñarse de todo lo que en nuestro país representa poder, de tal modo que todo lo que se mueve aquí lo hace bajo su dominio.

Sus fervientes partidarios, casi la mitad de la población del país, que le adoran porque también ha sabido adueñarse sin poner un sólo céntimo de su bolsillo, como él no se cansa de repetir, del Real Madrid, se esforzarán en decir que exagero, que saco las cosas fuera de sus límites, que sí, que efectivamente, este hombre con su inteligencia y con su trabajo ha conseguido situarse al frente de muchas compañías nacionales, pero no hay nada más, ni conspiraciones políticas ni siquiera empresariales, pero yo afirmo tajantemente que no se mueve ni una hoja de un árbol en nuestra nación sin que él lo permita porque no sólo es el amo, el dueño, el cacique, el padrino, sino que, además, le gusta el ejercicio del poder y exige una sumisión al límite. El otro día, cuenta la prensa, llegó a un sitio, en el que había un encargado de aparcar que no se apresuró a abrirle la puerta y le increpò duramente: “Pero v. ¿para qué se cree que está aquí?”, literalmente.

Es muy ilustrativo de su poder y de su manera de ejercerlo su comportamiento con 2 personas que estuvieron en su entorno: Ramón Calderón y Vicente del Bosque.

Como buen ejerciente del poder casi no deja huellas, pero no sé qué le haría a Calderón que éste llegó a decir que temía por su vida y en cuanto a del Bosque, interrogado por de la Morena, en su programa radiofónico, éste le extrajo con forceps que sentía miedo, mucho miedo porque nuestro hombre tenía un poder ilimitado y no dudaba nunca en ejercerlo.

Hace unos meses, un comentarista en una revista de deportes decía “pero qué poder no tendrá este hombre que ningún diario, ninguna revista, ninguna emisora de radio o tv se atreve a publicar la carta que le ha dirigido Calderón”. Este señor parece que ignoraba que cualquier medio de prensa sobrevive hoy gracias a los anuncios comerciales de las empresas y nuestro hombre es el amo de casi todas ellas de modo que si alguna se atreve a desagradarle, el grifo de ingresos se cerrará y la industria de información, sea cual fuere su tamaño, tendrá que cerrar.

Esto es el poder. Tener en tus manos la supervivencia de los otros, de tal modo que, si tú quieres, la empresa que no se ajuste a lo que tu deseas, dejará de existir más tarde o temprano.

Hoy, las primeras de todos los deportivos de este país recogen la información de El Confidencial: "Florentino Pérez y Villar pactaron la sanción a Mourinho.-A mucha gente le sorprendió la reducida sanción a José Mourinho por el dedo en el ojo de Tito Vilanova. "El Confidencial" da una posible explicación...".

Yo ya lo anuncié entonces, aquí : que nadie espere justicia en este asunto estando por en medio Flotentino Pérez.

domingo, 25 de septiembre de 2011


Si este fuera un país decente,  este señor no podría salir de su casa: "La calle es de Florentino: historia de un pelotazo en la Castellana

BIOGRAFÍA
Quise ser periodista para viajar; pero al final algo debió fallar y he acabado siendo una especie de tecnócrata del periodismo económico. No me quejo. Ello me permite aprender todos los días y contar lo que sucede. Sin apriorismos y sin necesidad de echar mano de los célebres espejos deformantes que colgaban del Callejón del Gato, y que tanto asombraban a Valle-Inclán. Nací en Madrid en el mismo año en que Bardem estrenó Calle Mayor y soy Licenciado en Ciencias de la Información. He escrito un par de libros sobre el capitalismo español y trabajado en radio, televisión y prensa escrita. Y al final he descubierto que Internet es todo eso y algo más. Carlos Sánchez es subdirector de El Confidencial.
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Carlos Sánchez.-  25/09/2011
Alberto Ruiz Gallardón y Florentino Pérez (EFE).

Vender un trozo del paseo de la Castellana no es asunto trivial. Ni siquiera los ricachones de la segunda mitad del siglo XIX lo lograron. Y eso que estamos hablando de la nueva aristocracia económica surgida en la España isabelina al calor del comercio, la banca extranjera y el ferrocarril. En esos predios de la capital, construyeron sus palacios de inspiración francesa, muy al gusto de la época. Y ya por entonces se extendió la costumbre de alinear la fachada principal de cada palacete al paseo de la Castellana, separando las edificaciones de la calzada por una verja no muy alta y un coqueto jardín con fuente en medio. En la parte posterior se ubicaban las caballerizas.
Uno de los ejemplos más emblemáticos de este tipo de construcciones se localiza en lo que hoy es el paseo de Recoletos, y fue construido para su deleite por el marqués de Salamanca, arquetipo del empresario ladino y poderoso. Y que como nuestro héroe también tuvo una fugaz carrera política. Pero hasta el propio marqués de Salamanca -que murió arruinado y apartado de los cenáculos del poder en los carabancheles madrileños- tuvo que ajustarse a las normas urbanísticas de la época. Su casoplón -antigua sede del Banco Hipotecario y hoy del BBVA- no sobrepasa ni un milímetro los lindes de la Castellana.
Florentino Pérez no es todavía el marqués de Salamanca, pero está camino de conseguirlo. Como el malagueño, sus negocios siempre tienen que ver de una u otra manera con el poder político, ya sea a través de una concesión administrativa u operando en un sector regulado.  Juega siempre con red. No hay actividad empresarial suya que no exija la firma de una autoridad política. Y así es como el ingeniero Pérez se ha convertido, como todo el mundo sabe, en un personaje extraordinariamente influyente. Hasta el punto de que ha logrado lo que ni siquiera consiguió el marqués de Salamanca. Comerse un trozo del paseo de la Castellana para que el Real Madrid dé un pelotazo. Hay quien dice de 200 millones de euros.
"Florentino Pérez no es todavía el marqués de Salamanca, pero está camino de conseguirlo. Como el malagueño, sus negocios siempre tienen que ver de una u otra manera con el poder político, ya sea a través de una concesión administrativa u operando en un sector regulado. Juega siempre con red. No hay actividad empresarial suya que no exija la firma de una autoridad política"
En cualquier parte del mundo civilizado, la operación hubiera tenido tintes de escándalo. ¿Se imaginan que el ayuntamiento de París vendiera un trozo de losCampos Elíseos o que se privatizara parcialmente Trafalgar Square para levantar un centro comercial?
Sin embargo, en la corte de los milagros en que se ha convertido este país desde que los reyes del ladrillo emergieron al albur de la burbuja del crédito, no pasa nada. Los periódicos callan, la clase política está como ausente, que diría Neruda, y a nadie parece importarle que sobre terrenos públicos situados en la zona de mayor dinamismo económico de la capital, en plena milla de oro, vaya a levantarse un suculento negocio que sólo beneficia a una entidad privada.
Por supuesto que la operación Castellana se hace con la inestimable ayuda de un ayuntamiento entregado desde tiempo inmemorial a la causa florentina,y que para camuflarla ha valorado unos terrenos de uso deportivo (los que sirven para hacer la permuta) en nada menos que 22 millones de euros. Es lo que cuesta colonizar un trozo del paseo más emblemático de Madrid. Por supuesto, dando por buena aquella voluntarista valoración.
El palco de los prodigios
Se trata de una cifra verdaderamente singular en unos momentos como los actuales, en los que sobra suelo y falta financiación. Claro está, salvo para el moderno marqués de Salamanca, quien al fin y al cabo ha construido en torno al palco del Santiago Bernabéu su particular teatro de operaciones. Sindicalistas, políticos, periodistas, empresarios y funcionarios con ganas medrar se sienten poderosos durante 90 minutos de palco; y como la condición humana es así de vulnerable, las artes del hipnotizador de conciencias no caen en saco roto.
El periodista Mariano Guindal* acaba de publicar un libro en el que reproduce una conversación con la dirigente socialista Matilde Fernández,concejal del ayuntamiento en los tiempos de la recalificación de la antigua Ciudad Deportiva:
"Como reconoce el convenio, aquellas obras nunca se realizaron, pero el ayuntamiento nunca dijo ni mu. Y ahora, 20 años después, se acuerda de que ni hay plaza pública ni hay parking, y valora ese incumplimiento en 2,8 millones. Pero no vaya a creer que se le aplican recargos o sanciones como a cualquier ciudadano que elude sus compromisos económicos con la administración. Ni un euro de multa"
-“Cuando me opuse a la construcción de las torres, Florentino me llamó a sus despacho y me advirtió que si mantenía esa postura echaría contra el PSOE a todo el madridismo. Me quedé helada”, asegura, “y unos días después me llamó Rubalcaba, que como sabes es muy madridista y amigo de Florentino, para decir que no me opusiera al proyecto. ¡Me pareció increíble!”, declara incrédula la dirigente socialista. Ver para creer, que dice el clásico
Tiempo después, y ya con el negocio en la buchaca, otro periodista recordaba cómo desde su despacho, y absorto de tanto poder, el ingeniero Florentino observaba las cuatro torres y le decía a su interlocutor: “Mira, ahí están. Una es Ronaldo, otra Beckham, otra Figo y la de más allá Zidane.
Así es como golpe a golpe y recalificación a recalificación, Florentino ha construido un auténtico gobierno de concentración del que forman partes antiguos dirigentes sindicales, empresarios de tronío y compañeros de viaje que quieren tocar el poder de cerca. Aunque sea sólo un apretón de manos el día del partido con los barandas del país.
Privatización de la vía pública
Desde luego que el éxito está asegurado, y eso explica que si nada lo remedia un trozo de vía pública vaya a ser privatizado. El ayuntamiento podría haber entregado al Real Madrid cualquier otro terreno del amplio Patrimonio Municipal de Suelo para satisfacer una deuda contraída en 1998 -en tiempos de Lorenzo Sanz-, pero nunca lo hizo. Nadie sabe por qué. Y ahora argumenta que no es posible hacer la entrega no por razones físicas, lo cual sería desde luego insoslayable, sino jurídicas, algo que suena a dislate toda vez que los terrenos siguen siendo del propio ayuntamiento. Pero la pantomima llega a su máximo expresión cuando en el convenio se admite que mucho antes de que el Madrid vendiera 30.000 metros cuadrados al ayuntamiento de la antigua Ciudad Deportiva, que es el origen de la deuda, el club blanco se había comprometido a construir en los aledaños del Santiago Bernabéu un aparcamiento subterráneo y una plaza pública. Eran los tiempos de Ramón Mendoza.
Como reconoce el convenio, aquellas obras nunca se realizaron, pero el ayuntamiento nunca dijo ni mu. Y ahora, 20 años después, se acuerda de que ni hay plaza pública ni hay parking, y valora ese incumplimiento en 2,8 millones. Pero no vaya a creer que se le aplican recargos o sanciones como a cualquier ciudadano que elude sus compromisos económicos con la administración. Ni un euro de multa.
Total, que lo comido por lo servido. El Real Madrid de Florentino Pérez se queda con patrimonio público por 8,04 euros que de forma desprendida condona el municipio, como reconoce el convenio.

   sin plaza, sin aparcamiento y tendrán una nueva mole de hormigón al lado; mientras que el ingeniero Florentino habrá dado un paso más hacia la gloria. El alcaldeGallardón puede dormir tranquilo. Trabajo bien hecho. Como aquel que sirvió a los albertos para controlar el Central de Alfonso Escámez. Dos solares por un banco. También en el paseo de la Castellana. La historia sigue 

sábado, 10 de septiembre de 2011

Una guardiolada



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Tal vez sea el momento de que nos desnudemos un poco, sin caer, desde luego, en la obscenidad.

El hombre sólo es realmente lo que piensa y todo lo que yo pienso se lo debo a mis maestros que son, fundamentalmente, 3, Aristóteles, Marx y Foucault.

Aristóteles es el maestro de maestros. Desde él, el pensamiento se ha llenado de lucidez porque penetró decididamente en la esencia de las cosas.

Todo lo que yo sé de todo, en un principio, está ya en él, expuesto con la simplicidad y la sencillez que sólo está al alcance de los auténticos genios. Y en lo que, hoy, interesa se resume en 2 frases de una sencillez y brevedad asombrosas: el hombre es un animal político(zoon politikon) y  el hombre que no es social, que no es político, o es un dios o es una bestia.

Sólo falta la declaración explícita, porque implicitamente, esta conclusión ya está contenida en las anteriores de que todo es puñetera política, que fue lo que, luego, desarrolló Marx con su asombroso “todo es economía”.

Y, luego, finalmente, llega Foucault y remata: todo es poder.

Y de lo que estoy tratando de escribir hoy es de un personaje singularísimo, tanto, que una sociedad tan trabajada intelectualmente como la catalana, antes de ayer, le concedió la medalla de oro del Parlament, o sea del puñetero Guardiola.

Es por eso que he realizado este proceloso preámbulo porque llevo siglos soportando que se me critique que escriba de fútbol, como si el fútbol no fuera política.

Es fútbol es tanto política que otro genio sintético, Sankley, dijo aquello tan revelador de que el fútbol no es una cuestión de vida o muerte sino algo mucho más importante.

Por ejemplo, yo, ayer, viviendo, como vivo, preocupadísimo por el porvenir inmediato de mi famila, el acontecimiento sentimentalmente más importante de mi vida fue que el Barça se dejó empatar en San Sebastián por la Real, cediéndole así estúpida y gratuitamente 2 puntos de oro, en el 2º partido de la Liga, al Real Madrid, gracias a lo que hemos dado en llamar una guardiolada.

Mourinho/Guardiola, he aquí el problema. Son las 2 caras de una misma moneda, la soberbia, ambos se consideran los mejores del mundo pero lo hacen de distinta manera.

Mourinho ha triunfado plenamente, no puede llegar más arriba de donde está, los estamentos futbolisticos le han reconocido ya como el mejor, "the special one", no sólo el número uno, sino un numero uno especial. No va más.

Guardiola es el tipo que quiere desbancarlo. Y va por el camino de hacerlo pero le pierde su soberbia. Seguramente los que me lean piensen, joder, si a Guradiola lo pierde su soberbia, ¿a Mourinho qué coño es lo que lo pierde?

Guardiola es mucho más soberbio que Mourinho lo que ocurre es que también es mucho más hipócrita. En la lucha a muerte en la que ambos están empeñados, Mou, que no se muerde nunca la lengua, ya lo ha dicho: “yo voy de cara, si tengo que meterle el dedo en el ojo a un tipo como Tito Vilanova, voy y se lo meto, no soy como otros que todo lo hacen en la oscuridad de los pasillos que van a los vestuarios”, o algo, más o menos, así.

Y el paranoico dice textualmente la verdad. Porque la verdad dicen que la dicen los niños, los locos o los borrachos. Y de lo que no cabe duda alguna es de que Mourinho está loco, porque hay que estarlo, y de remate, para enfrentarse a cuerpo limpio contra todo el mundo futbolísitico. Mou ha desafiado a: 1º) la Federación Española de Fútbol diciendo que hace trampas a favor del Barça; 2º) a la Unión Europea del Fútbol, acusándola de lo mismo y 3º) a todos los estamentos sociopolíticos del país afirmando que han urdido una conspiración universal contra él, para hundirlo.

Dejando aparte esta paranoia universal de persecución, en la que puede muy bien que haya un componente quizá excesivo de táctica,  de lo que no cabe duda es de la formidable inteligencia que se esconde detrás de todo esto:

A) si Mou pierde su batalla a muerte contra Guardiola, no lo habrá hecho frente a un adversario individual, Guardiola, sino frente al mundo entero, absolutamente; ríanse ustedes, mis queridos lectores, de esa genial epopeya que escribió Cervantes; 

B)pero es que esta diabólica táctica obliga a todos sus adversarios, todos lo que tienen alguna responsabilidad en el mundo del fútbol, a andarse con pies de plomo para evitar cualquier apariencia de verdad en la acusación del genio portugués, de tal modo que: a) todos los árbitros, sin excepción, harán 2 cosas: a’) pitarán siempre a favor del Madrid y b’) pitarán también siempre en contra del Barça.

Esto, por sí solo, sería absolutamente genial si no estuviera, además, acompañado por la decidida apuesta que el genio luso ha hecho por la exacerbación de la pulsión racista, xenófoba, a favor del nacionalismo español, quizá el más rampante del mundo porque está  basado en la más absoluta de las ignorancias: A) la de que el concepto de raza, en última instancia, es falso: el ser humano, en esencia, es igual, sea cual sea el lugar del mundo en el que le ha tocado vivir y su comportamiento sería el mismo si se dieran las mismas circunstancias; B) pero el luso que no sólo sabe todo esto sino que además dicha pulsión racista es quizá la más poderosa del mundo, ha excitado a todos los madrileños, madridistas o no, a todos los españoles para que expresen su odio a muerte a la diferencia que supone la catalanidad, haciéndoles profesar la más peligrosa de las religiones, la política: los catalanes, o sea, la gente del Barça, son los enemigos naturales de los españoles, representados, en este caso, por los madridistas, de ahí su propensión a conseguir su independencia, o sea su aspiración indeclinable a dejar de ser españoles.

Con estos ingredientes, el odio al catalán, o sea a su enseña futbolística, el Barça, está no ya bien servido, sino servido de una manera insuperable, es por eso que los madridistas, o sea, los españoles de bien, no paran mientes en que Mou como persona, como individuo perteneciente a la raza humana, sea un tipo esencialmente despreciable, capaz de todo, absolutamente, para conseguir sus despreciables fines, porque eso, en su opinión, realmente no tiene nada que ver con la finalidad que persigue: acabar con la actual hegemonía futbolística del Barça, o sea, que, una vez más, el fin, el anhelado fin va a justificar los medios decididamente, y el más rastrero de todos los individuos que pueda imaginarse se ha convertido para los madridistas, madrileños, españoles, en una especie de Dios absolutamente insustituible porque les va a situar por encima de su enemigo esencial, aquel que justifica sus pobres vidas miserables.

Pero, ojo, que el tal Guardiola es todavía peor.

De Guardiola puede predicarse sin excepción todo lo que, hasta el momento, hemos dicho de Mou. Si acaso aumentando la proporción.
Guardiola todavía es más soberbio, más narcisista que Mou, todavía se cree mejor, en todos los sentidos, por supuesto, mucho más inteligente: el no va a decir que lucha contra el mundo, aunque subrepticiamente es precisamente lo que haga, porque eso infringe las reglas no sólo de la buena educación sino también de la inteligencia, él es el hombre más modesto del mundo, aparentemente, afirma continuamente que él no vale nada, que son sus jugadores los que le han proporcionado todos esos éxitos que la prensa catalana no se cansa de ensalzar, 13 títulos de 15 posibles,

Y decimos que Guardiola es peor que Mou porque éste da la cara, no se esconde, no se cansa de decir frente al mundo que él es el mejor y que cuando lo echen del Madrid se irá a otro gran club y no como esa porquería de Pellegrini que, cuando lo echaron de allí, se ha tenido que ir,el pobre, al Málaga, que a punto estuvo de bajar a 2ª, en cambio el Pep de los cojones, hace todo lo contrario, alaba a todos sus compañeros de profesión, ensalza a todos los equipos contra los que compite, pero, en el fondo, los desprecia profundamente porque piensa que él, sólo él, con su maravillosa inteligencia puede ganarles los partidos alineando a lo peor que tiene, gracias a la insuperable categoría técnica de sus planteamientos tácticos.

Y así, frente a la Real, que el año pasado estuvo a punto de bajar a 2ª, pero que sin embargo fue uno de los equipos que le ganó al Barça, planteó el partido dejando en el banquillo ni más ni menos que a Messi, el mejor jugador del mundo, a Iniesta, el 2º mejor, a Puyol, campeón del mundo, a Villa, idem, a Abidal,campeón del mundo también varias veces, jugadores con los que, sin duda hubiera ganado el partido, pero que no hubiera demostrado esa verdad que anida en el fondo de su corazón, que es él, Guardiola, el mejor entrenador del mundo, el tío capaz de ganar lo que sea sólo con su capacidad técnica, táctica y estratégica; resultado, su equipo, que jugaba sin sus mejores elementos, empató el partido y perdió 2 puntos, que pueden ser decisivos, frente a ese durísimo rival que va a perder muy pocos puntos si no ninguno, dada no sólo su extraordinaria calidad y las circunstancias tan favorables con las que juega, sino que, además, Mou, el soberbio Mou, el "the special one", no cometerá nunca el pecado de soberbia de pensar que es él, sólo él, el que hace a su equipo uno de los mejores, si no el mejor, equipos del mundo.