domingo, 14 de agosto de 2011

Real Madrid: esto es realmente lo que es.














REPORTAJE: FÚTBOL - El primer gran clásico de la temporada

El baño de Red Bull

Las últimas visitas del Barça al Bernabéu provocaron situaciones violentas de consecuencias todavía impredecibles

DIEGO TORRES - Madrid - 14/08/2011
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Las noches del 17 y el 27 de abril, fechas del clásico de la Liga y la ida de las semifinales de la Champions, los vestuarios del Bernabéu, con sus pasillos y sus zonas de paso, fueron el escenario de algunos de los momentos más tensos de la historia reciente del fútbol español. Hoy el Barça regresa al lugar en el que comenzó a abrirse la brecha que afecta a la selección española en un clima de zozobra que condicionó particularmente a José Mourinho, el entrenador madridista. Como cuando descubrió, a las 17.00 horas de la tarde del día del partido de Liga que en una cadena de televisión se anunciaba el secreto que había exigido mantener a sus jugadores a toda costa: la alineación de Pepe como medio centro, junto a Alonso y Khedira.
El partido acabó 1-1. El público abandonó las gradas, en general, con una mezcla de resignación y alivio a pesar de que el resultado sellaba el campeonato a favor del Barça. La complacencia de la muchedumbre contrastó con lo que se encontraron los jugadores al entrar al vestuario. Ahí estaba Mourinho convocando una reunión con ademanes nerviosos. "¡Sois unos traidores!", gritaba. "¡Os pedí que no filtraseis la alineación y me habéis traicionado! ¡Se nota que no estáis conmigo!".
Los jugadores nunca le habían visto tan angustiados. Según dicen los testigos, no paraba de insultarlos. Repasó uno por uno a los que tenía a su alrededor. Cuando se encontró con la cara de Granero, que se desvive por halagarlo, le señaló. Según un empleado del club, dijo algo así: "El único amigo que tengo en este vestuario es Granero. ¡Pero ya ni me puedo fiar de él! ¡Me habéis dejado solo! ¡Sois la plantilla más traidora que he tenido en mi vida!".
Presa de una emoción intensísima, Mourinho cogió una lata de Red Bull y la arrojó contra la pared. Al estrellarse, el recipiente se partió y liberó el líquido gaseoso con un efecto de lluvia. Bañados con esta bebida energética con sabor a frutos del bosque, azúcar y cafeína, algunos jugadores se quedaron perplejos. Otros lo observaron con indiferencia. Casillas se fue a las duchas junto con otros españoles. Abatido como parecía, el entrenador se inclinó y clavó una rodilla en el suelo y emitió un llanto desconsolado. Luego, se levantó, se enjuagó los ojos y les aseguró a todos, entre sollozos, que hablaría con el presidente, Florentino Pérez, y con el director general ejecutivo, José Ángel Sánchez, que tenía medios para descubrir al culpable y que, una vez descubierto, emprendería represalias.
En palabras de uno de los asistentes, Mourinho hizo una analogía entre la guerra y el fútbol: "Si yo estoy en Vietnam y veo que se ríen de un compañero, con mis propias manos cojo una pistola y mato al culpable. Ahora sois vosotros los que tenéis que buscar al que ha filtrado la alineación".
A lo largo de toda la semana siguiente, final de Copa incluida, Mourinho reunió a sus jugadores para advertirles de que los árbitros favorecerían al Barça en la Champions.No fue una charla. Fueron muchas y continuaron un discurso contra la UEFA que se remontaba a la primera ronda del torneo. La expulsión de Pepe con tarjeta roja directa por el árbitro alemán Stark, en la ida de las semifinales, el 27 de abril, proporcionó a Mourinho un instrumento para apoyar su teoría de la conspiración. Al terminar el partido (0-2), la mano derecha del técnico portugués, Rui Faria, esperó a los jugadores del Barça detrás de la valla de separación del túnel de vestuarios: "¡Ahora lo que tenéis que hacer es ir a cambiaros en el mismo vestuario que los árbitros! ¡Lo ganáis todo por los árbitros!". Pinto, Puyol y Piqué le invitaron a pasar al otro lado de la valla. Cuando llegaron, los jugadores del Madrid comenzaron a increpar a los del Barcelona acusándoles de comprar árbitros. Los que se mantuvieron al margen fueron una minoría.
La plantilla azulgrana se reunió en el túnel y comenzó a cantar: "¡Así, así, así se juega al fútbol...!". El estribillo enfureció a los madridistas. Rui Faria los alentó a asaltar el vestuario de los rivales. "¡Vosotros creéis que jugáis al fútbol, pero lo que hacéis es robar con los árbitros!", gritaba.
La entrada al vestuario fue la parte más suave de una serie de episodios violentos que implicaron a todos los internacionales esa noche. Los jugadores del Barça, que a lo largo de la temporada habían escuchado acusaciones veladas de soborno, simulación, e incluso dopaje, comprobaron que sus compañeros de selección madridistas eran más leales a Mourinho de lo que el propio Mourinho pensaba.

lunes, 8 de agosto de 2011

Con plena independencia de lo que se dice en el post, como todo el mundo sabe, en la Federación Española de Fútbol, quien manda es el Barça, por eso todos los seleccionadores nacionales, menos uno, son del Madrid, o qué otra cosa creen vdes. que significa el Villarato.



¿Me puede alguien explicar por qué el marqués de Del Bosque se dispone a alinear a Xavi y Piqué, que no han jugado prácticamente un partido completo con su equipo en la gira americana, y ha dispensado de hacerlo al chulo de putas y macarra perdonavidas de Sergio Ramos?

Yo hace siglos que contesté a esta evidente pregunta: porque si Xavi y Piqué recaen de sus lesiones el perjudicado será el Barça que el próximo domingo juega en el Bernabéu con el Madrid.

No es por otra cosa que, en contra de lo que dicen los goebbelsianos Relaño, De la Morena, Inda y demás miembros de la central lechera o Brunete mediática, el equipo de la capital de España hace todo lo posible, y lo consigue, para que todos, absolutamente todos, los seleccionadores de todas las categoría, menos uno, sean del Real Madrid, porque seleccionar a los jugadores del Barça, 8, frente a los 4 del Madrid, para el partido del miércoles contra Italia, debilita al equipo catalán, exactamente el doble de lo que lo hace con el capitalino.

domingo, 7 de agosto de 2011

El "aznaourinho lupus"


JOSÉ MARÍA IZQUIERDO ALEBRIJES /1

El 'aznaourinho lupus'

Se comunican mediante aullidos o gruñidos. Odian las capuchas rojas o azulgranas.

JOSÉ MARÍA IZQUIERDO 07/08/2011
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Figura de papel maché o madera, pintada de colores vivos, que representa un animal imaginario. (Academia Mexicana de la Lengua. La Española dice "figura de barro")
No es un rico sentido del humor, en contra de lo que algunos expertos han asegurado, la característica más definitiva del aznaourinho lupus. Hay incluso quien defiende, tras un detallado examen de su manera de actuar a lo largo de años y años, que es precisamente la ausencia de humor, más conocida como destemplanza o grosería, el aspecto más característico de estos ejemplares que hoy retratamos. Ser malaje es para esta especie motivo de orgullo: a mayor tosquedad, mayor grado de pureza. Obtienen puntos el desplante, el resoplo, el rezongo y el gruñido. Incluso, el corte de mangas o la higa tienen su premio y predicamento entre sus mejores y más celebrados representantes. Hubo un caso, señalado en la literatura científica, en el que un individuo ya crecido deaznaourinho tuvo que ser expulsado de la manada: se le había visto, aseguran, sonreír educadamente a un ejemplar de otra raza, en lugar de sacarle los ojos, como es norma entre los aznaourinhos que han dejado huella en la historia de la especie. "Con los descarados hay que ser descarados", arguyen. "¡Te vas a ir a Segunda!", le espetan al adversario.

      La noticia en otros webs

      Los machos alfa de la especie tienen muy mal perder.
      Acostumbran estos especímenes a practicar la táctica del disimulo, quizá acostumbrados a ella por su técnica envolvente de caza, desplegados los ejemplares de su manada, siempre reducida, hacia víctimas elegidas por ser las más débiles de las débiles, que mucho presumen de ferocidad losaznaourinhos, pero que no pasan, en la cruda realidad, de asaltar desguarnecidos corderitos, cuanto más lechales, más proclives a sus colmillos, tal que si fueran clientes de mesón de Peñafiel. Apenas le hacen ascos a la carroña o a la basura. Salvajes, sí, pero tampoco es obligatorio enfrentarse a los mayores o a los más peligrosos, que siempre es mejor esperar a que la edad les haya arrancado varios caninos. O sea, que se prefiere Perejil o el Sporting como enemigos. Y una vez vencidos y humillados, comienza a reforzarse el estatus de la manada. Los jefes son los que comen primero, comenzando por el corazón, el hígado o los pulmones. Luego, los ejemplares de rango intermedio se zampan el estómago y se dejan para el final los músculos de las piernas, y si queda algo de hambre, la emprenden con los huesos. Suena asqueroso, es verdad, pero así son los aznaourinhos. Qué se le va a hacer. Pero aunque sus prácticas culinarias dejen mucho que desear no hay que suponer que su comportamiento con los hijos sea igual de despiadado. Ni mucho menos. Alguno ha habido que ha buscado la cueva más lujosa de todas las cuevas para emparejar a su hija, en una espectacular ceremonia que congregó a numerosos jefes de numerosas manadas.
      Es cierto que tampoco se arredran cuando el destino les deja en mitad del ring y han de enfrentarse a un mayor en edad, saber, gobierno o fuerza. Siempre intentan ganar, claro, pero si se pierde, la culpa será de otros. "Puede estar usted seguro y pueden estar seguras todas las personas que nos ven de que les estoy diciendo la verdad. El régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva", se dice primero. Y luego, años después, "tengo el problema de no haberlo sabido antes; nadie lo sabía", así que otros expliquen y se hagan cargo de lo que yo dije y defendí con tanto énfasis, que uno tiene que estar a seguir a los corderitos y a justificarse por ir tras los corderitos, y a veces no se puede con todo. Y cuando no son los servicios de inteligencia son los árbitros, que qué les vamos a decir de los árbitros, que esos sí que son depredadores, auténticas alimañas que nos buscan los desprevenidos ijares para asestarnos brutales mordeduras. Claro que nuestros lupus tienen visión nictálope, para ver con poca luz, que sus ojos poseen untapetum lucidum tras la retina, lo que les permite ver cosas que solo están al alcance de su vista privilegiada, por lo que nada debe extrañar que solo ellos adviertan evidencias que se ocultan al resto de las especies. Tan inferiores.
      La comunicación entre ellos se logra mediante aullidos. Podían haber sido educados y circunspectos silogismos, si esto es así, lo otro será de aquella manera, pero no. Aúllan. ¿Y siempre se entienden así entre ellos? No, no siempre. En otras ocasiones gruñen, que tampoco es muy sofisticado, se dirán ustedes, pero es la realidad. De la mezcla de ambos elegantes sonidos y un enérgico lenguaje corporal salen todas sus formas de comunicarse, tanto entre ellos como con el resto de seres vivos. Les digo algunos ejemplos: si es agresivo, el aznaourinho gruñirá y erizará el pelaje; si está de caza, la cola se le quedará horizontal y recta, y si está enfadado, las orejas estarán erectas, mostrará los incisivos, arqueará la espalda y gruñirá. O sea, como siempre les vemos: en su postura natural. Hay quien dice que les ha visto contentos. Entonces, mueven el rabo. Pero no hay constancia gráfica.
      A veces este aullido adquiere connotaciones curiosas, que también están documentadas en la literatura científica e incluso existe grabación del histórico momento en el que se produjo el singular fenómeno de que un aznaourinho empleó un acento tejano en sus comunicaciones con los demás: "Estamoouussss trabajandoouu en elloouu". Incluso han murmurado cosas en público, dentro de la categoría de gruñidos, como las copas que uno toma antes de conducir no me las va a controlar nadie. También optan, si los animalitos a quienes han congregado a oírle lo resisten, por largos soliloquios de gruñidos, que unos entienden como quejas, y otros, como acusaciones: "Nos tratan mal", o "nadie nos defiende". La hermenéutica sobre el lenguaje de los aznaourinhos lupus todavía admite numerosas interpretaciones.
      Sí están comprobadas científicamente dos características exclusivas de los machos alfa de la especie. La primera es que no admiten competencia alguna. Y aún menos, una rareza de la que se ignora su origen, si han nacido en Argentina y hablan quedo, características ambas que desatan la indecorosa costumbre en el aznaourinho de tirarle al mentado varias tarascadas a la yugular en extremo desabridas hasta que su rival, aterrorizado, abandona el territorio. La segunda característica es que tienen un perder francamente mejorable. Usted le pone a pelear con un igual, quizá por delimitar su territorio, y si pierde la sanguinaria batalla, que intentarán lo imposible por ganarla, que su valoración de las malas artes no es muy sutil, ya verán qué cara se le queda y lo mal que lleva la derrota. Se les hincha el hocico, ya de por sí poderoso, para diferenciarse de coyotes y chacales, y la emprenderán con el primer corderillo que se cruce por su olfato, mejor si le fallan las patas traseras y no puede correr. Les pasa mucho si su manada pierde elecciones o partidos de la Copa de Europa. ¿Por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?, se preguntan entonces, asombrados ante tanta injusticia.
      No se sabe por qué la literatura popular es muy cruel con estos seres tan entrañables. En los cuentos infantiles, conocidos por todos los responsables de guarderías, el aznaourinho lupus aparece como una criatura maligna y cruel que se vuelve loca de ira en cuanto divisa una caperuza roja o, en su defecto, azulgrana. Tampoco los dichos populares les hacen justicia: "Ver las orejas al aznaourinho", se dice cuando se avienta peligro; o "meterse en la boca del aznaourinho", caso de quien se busca innecesarios problemas.
      Y, por fin, lo que es peor, se afirma que el "hombre es un aznaourinho lupus para el hombre".
      Una injusticia. -