viernes, 6 de agosto de 2010

Más sobre la última canallada del Franco Madrid

El fútbol se ha vuelto loco

EMILIO PÉREZ DE ROZAS
E stán tan de moda, tanto, que no pueden vivir sin ellos. Y no sólo España, el mundo entero. La culpa, claro, la tiene Pep Guardiola por ponerlos de moda, por hacerlos jugar tan bien, por convertirlos en un modelo a seguir, por hacer que el buen fútbol sea premiado con el mayor triunfo de la historia. Tener los mejores jugadores del mundo, hacerles practicar el mejor fútbol del mundo, convertir a un extraordinario grupo humano, con mayoría de azulgranas, en el equipo a imitar, en el conjunto a ver, tiene estas cosas. O te los convocan para enviarlos al otro lado del Atlántico, casi del planeta, para jugar un bolo millonario (de algún sitio han de salir esos 600.000 euros que cada campeón se ha llevado por ganar la escultura de oro mundialista) o, como le acaba de suceder a Guardiola en contra de su opinión, te obligan a que lo pongas a jugar pues, de lo contrario, no cobras. La televisión, el dinero, es lo que cuenta. Y más en tiempo de crisis. La selección está obligada a jugar en México con el 60%, al menos, de sus campeones y el Barça no cobra si no juega Messi. Y, en uno y otro caso, es el Barça, por bueno, por excelente, por fantasioso, por ejemplo, quien paga las consecuencias. Arriesgar al mejor del mundo por unos euros (por muchos que sean, la salud de ‘la Pulga’ no tiene precio, o no debería de tenerla) va contra la idea del fútbol que practica el Barça y contra el discurso de Guardiola, que ya ha empezado a demostrar por qué solo ha querido firmar por una temporada más. Quiere saber cómo las gastan los nuevos y, de momento, no sólo con la renovación de su contrato sino con la venta de Chrigrinski, la negociación para fichar a Cesc y la imposición de Messi, ya va teniendo una idea de por donde van los tiros. Una cosa parece evidente, acaba de arrancar la temporada y las estrellas ya empiezan a ser toqueteadas, sin la posibilidad de adquirir una buena preparación física para afrontar, con garantías, la dura temporada que les espera. El ejemplo de los internacionales azulgranas (por cierto, que curioso: Valdés va a México y no va Reina) es realmente esperpéntico: Guardiola no va a poder ni saludarlos. Llegan el lunes (tal vez, ni siquiera tendrán tiempo de pasar la revisión médica) y se van al día siguiente a México, regresan y no podrán jugar la Supercopa. Suena a timo. Y enorme. Ni Del Bosque, que los hará jugar habiendo hecho sólo un calentamiento (¿no quedamos que eso era peligrosísimo?), ni Guardiola, que los recibirá el día antes del primer partido oficial (nada menos que contra el Sevilla), podrán disfrutar del fútbol de los campeones. Dicen que todo es por dinero. ¿Por dinero? ¿Qué dinero si el fútbol español debe más de 1.000 millones de euros?
Objetivo Sport


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