sábado, 14 de agosto de 2010

De cómo un periódico traiciona la primera de sus obligaciones: informar verazmente a sus lectores

La caverna mediática madrileña, en este caso Marca, además de incumplir todos los preceptos esenciales de la ética periodística, al intentar falsear conscientemente la realidad, no dejes que la realidad te estropee tus canallescos planes, comete el imperdonable error de considerar que todos los aficionados culés y los órganos directivos del Barça son idiotas puesto que trata de engañarlos comentando falsariamente el resultado de encuestas malintencionadas que promueve en su detestable periódico.

El otro día lo intentaba, creo, con otra encuesta sobre el fichaje de Özil que, como es lógico, al celebrarse en Madrid, y por consiguiente en el universo más anticulé que puede imaginarse, daba el resultado que los fans del Franco Madrid anhelaban, que el Barça desistiera del fichaje del alemán que claramente se había decantado a favor del club catalán, lo que implicaba que el club capitalino sólo podía ficharlo si el Barça renunciaba a hacerlo.

Hoy vuelven al mismo juego sucio: plantean si los barcelonistas quieren que Ibra continúe en el equipo catalán, lo que no desea ningún culé sensato en el mundo, no porque Ibra sea mal jugador sino porque su  juego no pega ni con cola en el fútbol del mejor equipo del mundo, que pierde bastante con ese hombre incrustado en el centro de la delantera, ralentizando, entorpeciendo el juego de la mejor máquina futbolística que hasta ahora ha producido este deporte.

Es así que al Franco Madrid le interesa que el Barça pierda potencial luego hay que hacer todo lo posible para que Ibra siga cumpliendo su papel de ser un poco de arena dentro de la perfecta maquinaria barcelonista y, entonces, se promueve una encuesta entre madridistas para que arroje como resultado lo que éstos quieren: que Ibra siga en el Barça porque ésto indiscutiblemente favorece los intereses del Franco Madrid.

Pero qué poca vergüenza tienen los directores de Marca, que utilizan un medio de información para traicionar la primera de sus obligaciones: trasladar la verdad a todos sus lectores. 


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