Los genios andan sueltos

 Una manada de grandes genios sobrevuela el panorama del fútbol español, son, por lo menos, tres: Mourinho, Del Bosque y el inefable Guardiola, a cual de ellos más pernicioso para la preservación de las esencias de nuestro deporte rey.

Mourinho: representa el marketing aplicado al fútbol a rajatabla: nada existe en el fútbol si no es susceptible de traducirse en la más inmediata publicidad:

1) si Ronaldo se lesiona: ojo, todo el mundo, Ronaldo es el rey del fútbol y, por ende y según nuestra propia y celebrada constitución fascista, el rey goza de la más absoluta intangibilidad, o sea que al rey, o sea a Ronaldo, no se le puede entrar cuando lleve la pelota y haga esas maravillosas bicicletas con las que nos deleita, y el placer del pueblo debe de ser intocable, así que ya lo saben todos los árbitros y los jefes de los árbitros, no sólo deben de pitar descaradamente a favor del Franco Madrid, como se ha  hecho, se hace y se hará siempre, porque el equipo de la capital de España es el equipo de todos los españoles, el que representa la esencia de lo español, o sea, la raza y la trampa,  así que ojito con negarle un penalti que no es, a él, o no pitarle otro que tampoco lo es al enemigo maldito, al equipo extranjero, apenas se produzca un episodio favorable a ello aunque sea lejos del área; ojito igualmente con no aprovechar por los pelos una ocasión de expulsarle a alguien, porque ya lo ha dicho el genio portugués que el equipo extranjero está acostumbrado a jugar contra 10, aunque  las estadisticas digan precisamente lo contrario: que a 200 y pico minutos jugados contra 10 por el Franco Madrid sólo corresponden 60 del odiado, maldito y canalla equipo extranjero que Dios, el Dios de los francomadridistas confunda;

Del Bosque: es el español por antonomasia: castellano recio, donde los haya; amable, servicial, no se disgusta nunca con nadie; ganó no sé cuántos titulos con el Franco Madrid y el Ser Superior lo premió con una patada en el culo porque no sabía hacerse bien el nudo de  la corbata, en fin, gajes del oficio, cuando se pertenece al que indudablemente es el mejor equipo de la historia, en el que incluso los nudos de las corbatas son muy importantes, porque no se puede hacer nada que desprestigie al Franco Madrid, aparte, claro, de falsear siempre, siempre, siempre, las elecciones a la presidencia, comprar sistemáticamente a todos los árbitros, infiltrarse en la Real Federación de Fútbol y copar absolutamente todos los cargos de la misma, para así hacer lo que más conviene a los intereses no del fútbol español en general sino a los del Franco Madrid en particular, conspirar para hundir el prestigio del Presidente de turno que se opone al reinado del Ser Superior, utilizando para ello el dominio absoluto de toda la prensa del país, que si no colabora verá como desaparecen de sus páginas todos los anuncios de las innumerable empresas del SS, en una campaña que asumió todos los ámbitos, todas las esferas de la vida humana, incluso la personal y judicial de tal modo que el presidente derrocado expresa públicamente su temor respecto a su propia vida y todo ello convenientemente silenciado por una prensa asquerosamente servil  y comemierda; pero hablábamos del genio más grande de todos los genios puesto que ha ganado el Campeonato Mundial; ¿qué podemos decir, si es que se puede decir algo contra el genio tranquilo y sonriente, al que no se le conoce una palabra más alta que otra, tan genio indubitable es que creyó que podría ganarle a uno de los equipos más correosos y duros del mundo, el argentino, alineando a los reservas de los campeones del mundo, resultado: 4 a 1;

Guardiola: el más genial de todos los genios que ha alumbrado el mundo puesto que ha ganado consecutivamente 8 de los 10 títulos en los que ha participado no porque dirija la que es seguramente la más altas constelación de estrellas que se haya visto nunca en el firmamento futbolísitico, con los que son también seguramente los más grandes futbolistas de la historia, que, por cierto, son también los mismos que dirige el genio francomadridista de la eterna sonrisa, de la bonhomía, sino gracias a sus sabias decisiones respecto al juego de estos artistas del balompié, sabias decisiones, todo sea dicho, que no se cohonestan del todo con los peores fichajes de la historia del equipo catalán, sino por esas decisiones maravillosas de ir al Sevilla a jugarse la supercopa de España con 7 juveniles y sacar frente al Hércules a casi todos los reservas e incluso a un debutante y, para hacerlo más difícil aún, colocar al mejor jugador del mundo, en un rincón del campo, para que sea él mismo el que se inutilice al tener que driblar a todos los contrarios para situarse en posición de tiro, en lugar de donde lo venía haciendo con el mayor acierto del mundo, como delantero central en punta del ataque donde, con 2 regates sólo, puede hacer gol, en fin, una genialidad más de este supremo genio del fútbol que  ha ganado tanto como lo podría haber hecho yo en su lugar dirigiendo, cuando no lo entorpece, con sus ocurrencias, al que todo el mundo reconoce como el mejor equipo de la Historia, pero es que este soberbio mequetrefe quiere demostrarle al  mundo que él puede ganarle al mejor de los equipos del universo con un puñado de niñatos porque el que es bueno de verdad no es el equipo, qué coño, el bueno de verdad es él, Guardiola el genio futbolistico más grande que ha dado  el balompié desde que lo inventaron los jodidos ingleses..