martes, 29 de junio de 2010

El Duce de la Morena sigue a lo suyo


El Duce, creo yo, es un enfermo. Como toda persona con poder, acaba por ser destruído por ese mismo poder que no sólo posee sino del que abusa todo el tiempo.

Sabe que tiene más de un millón y pico de seguidores incondicionales y abusa manifiestamente de ese poder.

Exige un sometimiento incondicional a sus dictados y al que no le obedece, leña al mono que es de trapo.

Uno de sus monos favoritos es Luis Aragonés que, un día, cometió su terrible delito de desacato de no ir a allí, a su Larguero a rendirle pleno vasallaje. Desde entonces, lo menos que le ha dicho es "despojo humano".

Pero el objeto preferido de su especial predilección es el Barça.

Los catalanes, ya se sabe, son muy jodidos, se empeñan en conservar una tímida independencia y eso ya no es admisible en un mundo tan globalizado, el poder, coño, es el poder y hay que obedecerlo. Pero ¿qué es lo que se han creído estos catalanes?

Primero, arremetió contra Gaspar de un modo tan inmisericorde que lo destruyó.

Después, hizo lo mismo con Laporta porque ninguno de ellos se avino mansamente a venir a su Larguero a lamerle algo.

Y, mientra tanto, en la acera de enfrente, en el Franco Madrid, los presidentes más infectos se sucedían uno a otro, tranquilamente en lo que se refiere al Duce.

Daba igual, que el presidente hiciera trampas evidentes para ganar las elecciones, que falseara las Asambleas Generales llevando a ellas a los Ultrasur para que votaran como socios al propio tiempo que intimidaban a éstos; que hiciera una y mil trampas más en el gobeirno del Franco Madrid,  que la actuación del nuevo presidente entrante fuera tal que el sucedido declaraba públicamente que él temía no sólo por su vida sino por la de toda su familia, todo era perfecto allí porque, casi todas las noches, el presidente de turno acudía a El Larguero a rendirle pleitesía al Duce.

La suerte, si es que puede llamarse así, que tiene el Barças es que el Duce se ha enamorado de Iniesta y que éste le corresponde abiertamente porque el chico no tiene pelo de tonto, no porque el otro lo seduzca porque es especialmente repugnante. Al Duce, en estas condiciones, le resulta muy difícil tirarle a degüello al club en el que milita su "sobrino". La sangre se nos hiela en las venas al pensar cómo sería la cosa sin esta militancia.

De todos modos, las tendencias asesinas del Duce son incontenibles: anoche, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, o sea que Jordi Cruiff intervenía en el programa con motivo del Mundial, el Duce se empeñó en tirarle una chinita, nada de particular, al nuevo presidente del club de sus amores, haciéndole decir al hijo de Johan que éste debía de declinar su nombramiento como presidente honorario del club catalán por la actitud adoptada por Rosell, el nuevo presidente.

O sea, que en el Franco Madrid, aunque se navajeen por debajo de la mesa lo sucesivos presidentes, aunque el actual haga todo lo posible por llevar al fútbol mundial a la bancarrota, todo es perfecto mientras acudan a beber mansamente en las manos del Duce. Pero al Barça, ni agua, hasta que no se docilice y sea tan pastueño con su rival de la meseta.

Sí, señores, éste es el Duce.

2 comentarios:

  1. El anticatalanismo vende mucho. Y si con ello tiene mucha audiencia y llena el espacio de patrocinadores y con ello las arcas de sus jefes...pues duro y y a la cabeza.
    Son o se creen, lo amos.
    Abrazos,

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  2. Son los amos, mal que nos pese.


    Pero nuestra obligación es seguir luchando contra ello.

    Un abrazo,

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