jueves, 25 de noviembre de 2010

Valdano sobre Mourinho, un monumento al cinismo



Quienes siembran furiosos vientos tienen que acabar forzosamente recogiendo las peores tempestades.

“Pares cum paribus congregantur”, o sea, los iguales se juntan con los iguales. No es por casualidad que Florentino, Valdano y Mourinho hayan acabado, al fin, en el mismo equipo.

Florentino. La mano derecha de los March. March, aquel contrabandista, enormemente rico, que convenció a Franco para que comenzara aquella aventura que concluyó con la esclavitud, durante 40 interminables años, de todos los españoles. Pero casi nadie sabe todo esto porque los March, como buenos poderosos, son enormemente discretos, de modo que, para seguir amontonando esa infinita cantidad de dinero, eligieron a un servidor que fuera, dentro de lo posible, tan discreto como es Florentino. De lo que hace Florentino con su mano derecha, dicen, que ni siquiera se entera el propio Florentino, ni su mano izquierda, que tenerla la tiene, porque, siendo, como es, el hombre más ultraderechista de España, se lleva bien con todo el mundo incluso con aquellos a los que ha hecho de su vida un auténtico infierno. O sea que Florentino es una especie de Dios puesto que ha creado, para los otros, un cielo y un infierno. Resumiendo: Florentino es un tipo listo que ha aprendido a fondo la lección de la vida: en ésta hay vencedores y vencidos y hay que moverse de tal forma para estar siempre entre los primeros. O sea, que es la encarnación de la ultraderecha.

Valdano. Es uno de los tipos más peculiares que nunca haya conocido yo. Vino a jugar a aquí y se ha quedado para siempre porque, con un oportunismo indigno de toda causa, se apuntó al carro del vencedor, con todo el cinismo del mundo, presumiendo increíblemente, al propio tiempo, de izquierdista. Hay quien lo considera muy bien hablado porque es rebuscado y cursi hasta la exageración. En un país como éste, en el que triunfa de tal manera Belén Esteban, este hombre estaba predestinado al triunfo, dentro de lo que cabe, porque a él lo que verdaderamente le hubiera gustado es ser Borges, pero se ha tenido que resignar a ser simplemente Valdano. Lo que, para los madridistas, no es poca cosa, porque Valdano es el “alter ego” de Florentino, el tipo que hace todo aquello que éste no quiere hacer, porque lo considera evidentemente despreciable.

Porque es absolutamente despreciable defender a Mourinho.

Mourinho es lo que en otros tiempos se llamó un soldado de fortuna, es decir un tipo absolutamente sin ideales que vendía su capacidad mortífera al mejor postor, sería muy difícil de distinguir hoy esta figura de lo que ahora se denomina un asesino a sueldo. Mourinho es un tipo que se dedica a matar, en sentido figurado, a todos aquellos que compiten con él, sin reparar en ningún momento en los medios que utiliza porque, para él, todos son lícitos y mejores aún los más dañinos, los más mortíferos.

La cuestión es, tal como acaba de plantearla Valdano, si a este tipo de soldado se le puede denominar canalla y consecuentemente si este tipo de conducta es o no canallesca. Hemos, pues, de recurrir al DRAL:Canalla dice el DRAL es 1. f. coloq. Gente baja, ruin.-Y ruin es: adj. Dicho de una persona: Baja, de malas costumbres y procedimientos.

La cuestión, pues, estriba en determinar si Mourinho es una persona de malas costumbres y procedimientos.

Teóricamente, Mourinho es un deportista. Vayamos, otra vez, al DRAL: deportivo, va....3. adj. Ajustado a normas de corrección semejantes a las que deben observarse en el deporte.

Y ya podemos entrar en materia, decididamente:

La conducta que practica Mourinho ¿se ajusta a las normas de corrección que deben observarse en el deporte?¿Es correcto que Mourinho, como le acaba de reprochar hace un momento un compañero de profesión no implicado directamente en su conflicto con Preciado, no hable nunca estrictamente de fútbol, de las normas técnicas o tácticas que rigen su práctica sino de todas aquellas otras que sirven para alterar más o menos directamente la competición situándola en otros aspectos de la vida como son el psicológico, el afectivo o el sociopolítico, tratando de desestabilizar emocionalmente a los que van a enfrentarse deportivamente con su equipo? ¿Es correcto que Mourinho atribuya siempre a los que van a competir con él, contra su equipo, deportivamente, una conducta no sólo ya inmoral sino también ilícita, él mismo ha dicho que lo que hizo el Sporting de no alinear a sus titulares contra el Barça, en Inglaterra hubiera sido penalizado? ¿Ésta es una conducta deportiva, admitida por el “fair play”? ¿Es correcto que hable continuamente de los jugadores de los otros equipos, diciendo por ejemplo que no la marcan goles a nadie a pesar de ser muy caros, con el único y exclusivo fin de aumentar su desequilibrio emocional aumentando su propia desconfianza para así perjudicar la competencia que tales jugadores puedan hacerle a su equipo? ¿Es correcto que afirme reiteradísimamente que su especial contrincante, el Barça, juega siempre contra 10, a fin de desestabilizarles, acomplejarlos, ponerles nerviosos, para que, consecuentemente, jueguen mal de modo que su equipo salga beneficiado, fuera de lo que es realmente las reglas del juego?

Y, como final: Todas estas malas artes para desestabilizar y sacar de quicio a sus enemigos deportivos ¿pueden considerarse comprendidas en la descripción que el DRAL hace de lo que debe de entenderse por canalla cuando dice que canalla es, dicho de una persona, que es gente: “Baja, de malas costumbres y procedimientos”?

Parece indudable que a Mourinho por sus costumbres y procedimientos, no ya sólo de aquí, de España, sino también de Italia y de Inglaterra, sí que se le puede denominar así, desde un punto de vista tan sólo ético.

Pero el inefable Valdano, trata la cuestión, ante la posible sanción que pueda recaer sobre Mourinho, a propuesta de Antiviolencia, desde un punto de vista jurídico, o sea, de las normas que rigen la aplicación de la justicia a un caso concreto, y este atrevido, cursi y melifluo personaje se atreve a decir, invadiendo el campo de la jurisdicción deportiva, que las conductas de Mourinho y Preciado no son equiparables porque mientras su pupilo todo lo que dijo contra el sportinguista fue razonado, su antagonista se limitó a proferir un improperio.

Pero cuánta mala fe es capaz de albergar el ser humano. Si hay alguien en el mundo que sepa lo que dice cuando habla así es el tal Valdano. Porque, todos sabemos que él, Valdano, piensa de Mourinho exactamente igual que Preciado y todos sus compañeros de profesión, que se han preocupado de expresar públicamente su solidaridad con éste. Tan es así que él, Valdano, se consideró obligado a manifestar públicamente, en la rueda de prensa de la presentación de Mourinho, que todas las diferencias habidas entre ellos por la expresión por parte de Valdano de un concepto peryorativo sobre su actual entrenador habían sido ya solventadas.

Pero, volviendo al tema jurídico. Hay 2 maneras de insultar, una, la breve y, por ende, al menos cuantitativamente, menos ofensiva, es la de proferir directamente un concepto peyorativo: canalla. Y otra, más  elaborada y reflexiva, que es describir la conducta de otro mediante un razonamiento que pretende hacer inviable la defensa de aquella persona a la que se ataca. Esto, en términos juridicopenales, se denomina alevosía. Y es la técnica que, como siempre, utilizó Mourinho para decir que todo el mundo conspira contra su equipo, haciendo trampas para perjudicarle, porque todos salen, no se sabe mu bien por qué, a perder cuando juegan contra su aborrecido rival, que no hace más de un año se atrevió a rechazarle a él como entrenador, prefiriendo a un absoluto desconocido como Guardiola.

Señor Valdano: v., que tanto sabe y ha leído, ¿no conoce que una de las causas de justificación o eximentes, que admiten todos los Códigos Penales del mundo civilizado, es la de haber actuado el  delincuente, al cometer el delito, por motivos tan poderosos que naturalmente hayan provocado arrebato u obcecación, y no le parece tampoco que la contumacia de su pupilo en repetir una y otra vez, cada cuando tenía la ocasión, que Preciado era un mal deportista que había traicionado el espíritu de la competición al sacar a los reservas contra el Barça es motivo suficiente para que éste le llamara canalla, siendo así que  lo es? 

¿De veras piensa v., honradamente, si es que esta palabra no es demasiado inapropiada para el caso, que los organismos rectores de la justicia en el fútbol, que, por cierto, siempre son descaradamente partidistas a favor del Franco Madrid, deben de sancionar al que fue víctima de una persecución absolutamente inmotivada e implacable que pretendía escarmentar en su cabeza al resto de los entrenadores del país,  por parte de un pendenciero inaguantable como es Mourinho, y no sólo eximir de culpa al verdadero culpable de todo lo sucedido, sino además concederle la medalla de mártir por mor del insulto recibido que no era sino una mera descripción?

Este tipo absolutamente increíble, Valdadno, podia ser un fanático madridistas y todos no tendríamos otra cosa que reprocharle que su mal gusto moral, que su notable perversión ética, pero es que, al propio tiempo, el tío tiene el máximo cinismo de presumir de izquierdista y la izquierda es la servidumbre a la verdad y la prosecución hasta la muerte de la justicia y estas 2 cosas Valdano no sabe siquiera con qué se comen.

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