Sergio Ramos le quita la careta al Franco Madrid

Al fin, esa especie de bestia parda nazi que es el famoso Sergio Ramos, en su brutalidad esencial, nos ha dicho sinceramente a todos los que queremos saber la verdad, qué es y cómo funciona el famoso Franco Madrid y no sólo porque haya reprendido a un periodista que le pedía a Piqué que contestara en catalán, una de las lenguas cooficiales de la Constitución española, para que incluso los payeses del Ampurdán, que sólo hablan su lengua madre, pudieran enterarse bien de lo que contestaba su “compañero” en la defensa del equipo “nacional”, no, no es sólo por eso, que ya sería suficiente, no, es que, además, al fin, se ha saltado a la torera cualquier tipo de cortapisa que los departamentos de exteriores del Fanco Madrid hayan tratado de inculcarle a semejante bestia, y ha traducido al lenguaje hablado esa mirada de cordero degollado con la que enfoca al cielo cada vez que, en los prolegómenos de una partido de la Roja, suena el himno nacional, y ha dicho, al fin, la que es santo y seña de toda la pandilla francomadridista: ¡Arriba España!

Y yo no puedo menos que decir: Olé, ahí, tus cojones de gitano sevillano, medio afrancesado pues si él se llama Sergio su hermano se titula René.

Ahora, el departamento de relaciones exteriores del Franco Madrid, que dirige el inefable Buitragueño, aquél que dijo aquello de que Floren era un Ser Superior, tal que un Hitler o un Mussolini, si no un Dios verdadero, quiere reparar el entuerto propalando a hurtadillas la falsa especie de que lo van a vender porque en el Franco Madrid no se puede tolerar la existencia de un fascista convicto y confeso, sobre todo ahora que está a punto de promulgarse una Ley, a la que han dado el sobrenombre de Flotentino, para que este obispo laico y franquista hasta las cachas pueda seguir haciendo sus tejemanejes financieros y logre echarle mano a una compañía eléctrica que se le está resistiendo, con la actual legislación, para su fagocitación por su ACS, la madre de todas las empresas canallas de las Españas. Viva Franco. Era preciso que todo cambiara para que todo siga igual. O peor.

En fin, señores francomadridistas que son, al propio, tiempo ni más ni menos que marxistas o, por lo menos, socialistas, sigan ustedes adorando a su Franco Madrid y, luego, predicando consignas izquierdosas para engañar a esos papanatas que los leen sin que se les revuelva el estómago y echen las primeras papillas que les dio su santa madre.